Linterna de Popa 017

Linterna de Popa 17

Jorge Baca Campodónico

Enero de 2016

Modelos Dinámicos de Equilibrio General

¿Pueden los modelos econométricos predecir la evolución de la economía?

En su último “Reporte de Inflación”  (Diciembre 2015) el BCRP revisó hacia la baja una vez más sus proyecciones de crecimiento tanto para el 2015 como para el 2016. Para el 2015 el BCRP estima que el PBI terminará en 2.9% de crecimiento real, mientras que para el 2016 estima que se crecerá 4.0%. Estas cifras contrastan con las proyecciones del BCRP a fines del 2014 que arrojaban un crecimiento del PBI para el 2015 de 5.5% y de 6.3% para el 2016. Lo más probable es que el 2015 termine en 2.8% y el 2016 entre 1.5 y 4%. Lo mismo se puede decir de los pronósticos de inflación. A fines del 2014 el BCRP estimaba que la inflación para el 2015 estaría entre 1.5 a 2.5% cuando el resultado real superó el 4%.

¿Por qué es que el BCRP falla tanto en sus predicciones?  En esta entrega trataremos de responder estas interrogantes. El BCRP cuenta con el mejor grupo de economistas del país, entonces no podemos cuestionar su habilidad como analistas. Para sus pronósticos el BCRP utiliza una combinación de modelos econométricos y el análisis de sus economistas. Por lo tanto nos concentraremos en el análisis de las herramientas cuantitativas que utiliza para sus pronósticos.

En el diagrama 1 se presenta el marco teórico del modelo del BCRP para proyectar la inflación y el crecimiento del PBI basado en la fijación de la política monetaria siguiendo el esquema de Metas Explicitas de Inflación (la meta contempla un rango entre 1 y 3%). Corresponde al directorio de BCRP decidir mensualmente la política monetaria (tasa de interés, encajes bancario, entre otras). La política monetaria afecta con rezagos y por diferentes medios a la tasa de inflación. De ahí la importancia del modelo econométrico utilizado como herramienta de decisión.

El modelo utilizado por el BCRP corresponde a la categoría de Modelo Estocástico de Equilibrio General Dinámico (DSGE por sus siglas en inglés) y que son usados por la mayoría de bancos centrales que siguen la metodología de metas explicitas de inflación. Sin embargo, existe abundante literatura sobre la poca utilidad de estos modelos durante la crisis financiera mundial del 2008.

Una de las principales críticas a los modelos DSGE es que estos asumen un ajuste instantáneo de los precios y salarios. Esta deficiencia es relevante en el caso peruano debido a la presencia de un alto grado de informalidad que genera  fricciones al ajuste inmediato de los precios y salarios.

Otra crítica a estos modelos es su falta de heterogeneidad en la caracterización de las actividades de producción y consumo.  Los modelos DSGE en su mayoría cuentan con solo una función de producción que representa al productor promedio y una sola función de consumo que representa al consumidor promedio. Es decir, estos modelos asumen que la función de producción  del sector agrícola es igual a la función de producción del sector comercio o minería o que el consumidor de altos ingresos tiene un comportamiento similar al de bajos ingresos. Para los modelos DSGE es irrelevante la distribución del ingreso de un país así como la heterogeneidad entre los sectores productivos.

¿Existe una alternativa a los modelos DSGE utilizados por el BCRP? Felizmente si existe. A estos modelos alternativos se les conoce como modelos computables de equilibrio general dinámico (DCGE por sus siglas en inglés) y son utilizados por los ministerios de economía de muchos países para elaborar sus presupuestos plurianuales, para evaluar políticas tributarias y proyectos de inversión pública.

¿En qué se diferencian los modelos DCGE de los DSGE?  La principal diferencia es que incorporan fricciones en el ajuste de los precios y salarios (el ajuste no es inmediato), son multisectoriales (incorporan varias funciones de producción correspondientes a diferentes sectores productivos) e incorporan múltiples funciones de consumo correspondientes a diferentes niveles de ingresos (quintiles) para caracterizar el comportamiento diferente de cada grupo de consumidores.

El autor ha participado en la implementación de modelos DCGE en diferentes países (Perú, Jamaica, Cabo Verde, Barbados, y Las Bahamas). Una de las ventajas de los modelos DCGE sobre los DSGE es que su solución no necesita calcular la solución de estado estacionario en forma explícita y por lo tanto su especificación es más flexible que los modelos DSGE. En el diagrama 2 se presenta el marco teórico de un modelo DCGE para el Perú desarrollado por el autor. El lector puede apreciar que el marco teórico de este modelo es más complejo que el marco del modelo del BCRP. En particular el sector productivo es caracterizado por 8 funciones de producción correspondientes a los sectores: agropecuario, minería, manufactura, infraestructura, educación y salud privada, educación y salud pública, otros servicios del gobierno y resto de servicios. Por su lado el consumo privado es caracterizado por cinco funciones de consumo correspondientes a cada uno de los quintiles de distribución del ingreso.

Los modelos econométricos de equilibrio general no son bolas de cristal que nos predicen el futuro con precisión sino herramientas que nos ayudan a tomar decisiones de política monetaria y fiscal en forma coherente y racional. Más que  proporcionarnos la evolución futura exacta, estos modelos nos permiten analizar el impacto de políticas alternativas (escenarios) sobre la trayectoria básica (solución base) de las principales variables macroeconómicas. De esta forma podemos analizar si una reducción del IGV es mejor que una reducción del impuesto a la renta, o si la inversión en carreteras es mejor que la inversión en un ferrocarril, o si una elevación de la tasa de interés es mejor que aumentar el encaje, o si aumentar el gasto en educación es mejor que aumentar el gasto en infraestructura.

Lo anterior nos lleva a preguntarnos si este tipo de modelos puede ser utilizado para evaluar los planes de gobierno de los diferentes candidatos a la presidencia. La respuesta es que se puede pero solo en forma parcial. La razón es que hay aspectos de los planes de gobierno que no son cuantificables. De otro lado es difícil definir una función objetivo única que se pueda utilizar para cuantificar de modo uniforme todos los planes de gobierno (que peso darle al crecimiento económico versus la inflación o el desempleo). Sin embargo estos modelos si son útiles para analizar el impacto, de las propuestas cuantificables de los planes de gobierno, en las principales variables macroeconómicas (PBI, inflación, desempleo, pobreza, distribución del ingreso, déficit fiscal, deuda pública, y nivel de reservas internacionales).  Corresponderá a los agentes económicos o a los electores analizar el impacto de los planes de gobierno en cada una de las variables económicas y formar su opinión sobre las bondades de las propuestas de cada candidato.

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