Linterna de Popa 20
Jorge Baca Campodónico
Febrero de 2016
Las causas del Déficit del Sector Público
¿Déficit temporal o estructural?
La semana pasada analizamos el problema de los déficits “gemelos” de la economía peruana (déficits de la balanza comercial y del sector público). Esta semana nos concentramos en explicar las causas del déficit del sector público.
Según los datos publicados por el BCRP en su Nota Semanal, el déficit del sector público para el 2015 alcanzó la cifra de S/. 12,728 millones equivalentes a más del 2% del PBI. De continuar con este nivel de déficit en los próximos años el nivel de deuda publica crecería exponencialmente. En este contexto y dado el alto nivel de endeudamiento del sector empresarial, la deuda externa total (pública más privada) podría superar el 70% del PBI y desembocar en una crisis económica similar a la de los años 80.
El MEF ha venido aplicando una política contra cíclica (aumentar los gastos del sector público y disminuir los impuestos) para contrarrestar el estancamiento económico generado por la caída de los precios de los minerales. La actual administración ha querido utilizar una política similar a la del 2008 para enfrentar la actual crisis internacional. Sin embargo pareciera que el gobierno no ha percibido que la naturaleza de la actual crisis es diferente a la del 2008.
En la crisis del 2008, la caída de los precios de los minerales fue de corta duración y el aumento del gasto público en inversiones permitió una rápida recuperación de la economía. En la actual crisis la situación es diferente. La desaceleración de la economía china no es un hecho pasajero y por lo tanto se espera que los precios de los minerales continúen estancados por varios años.
Los ingresos tributarios vienen cayendo (ver gráfico 1) como consecuencia de la reducción de las tasas del impuesto a la renta, las menores ganancias del sector minero y el menor ritmo de actividad económica. Los ingresos no tributarios también se han estancado. El gobierno se encuentra en la difícil situación de tener que gastar más (política contra cíclica) con menos recursos. Esta situación es la que viene generando el déficit del sector público.
Lo grave de la situación actual es que el gobierno no solo viene gastando más sino que viene gastando mal agravando la crisis económica. En el grafico 2 se muestra la evolución de los principales componentes del gasto del sector público (sueldos, bienes y servicios e inversión). Es evidente que a partir del 2014 el gobierno ha priorizado el gasto corriente (sueldos y bienes y servicios) sobre la inversión. Este comportamiento difiere sustancialmente con el comportamiento del gasto público durante la crisis del 2008. Durante la crisis pasada, la inversión pública creció por encima de los gastos en sueldos y bienes y servicios. En la presente crisis la respuesta del gobierno ha sido la opuesta a priorizado el gasto corriente sobre el gasto en inversión.
El problema con el aumento de los gastos corrientes es que estos son inflexibles a la baja. Los gastos corrientes son recurrentes (un aumento salarial o un aumento del número de empleados públicos), es decir una vez implementados el nivel de gasto se mantiene ya que la reducción de sueldos o despido de empleados lleva asociado un gran costo social. En el caso de la inversión es diferente ya que el aumento del gasto termina con la finalización del proyecto de inversión.
Entre el 2011 y el 2015 el gobierno ha aumentado los gastos en sueldos de 22,000 a 36,000 millones de soles (63 por ciento). Este significativo aumento se explica por el aumento de empleados públicos y por incrementos de sueldos. Por su lado los gastos en bienes y servicios en el mismo periodo han aumentado de 23,000 40,000 millones de soles (74 por ciento). En el caso de la inversión pública, en el mismo periodo, pasó de 23,000 a 28,000 millones de soles (22 por ciento).
Los gastos en inversión además de ser flexibles (se pueden aumentar o disminuir sin un mayor costo social) tienen la ventaja de aumentar la productividad de la economía (más infraestructura) en forma permanente y por lo tanto potenciar su crecimiento futuro. Este no es el caso del gasto corriente que fomenta mayor consumo y menos ahorro.
El próximo gobierno tendrá la difícil tarea de revertir esta situación. En un escenario de precios de minerales estancados no hacerlo significaría generar déficit fiscales crecientes y aumento de la deuda pública de forma exponencial. El crecimiento explosivo de los gastos públicos en salarios y bienes y servicios ha convertido el déficit público de un problema coyuntural a un problema estructural.
Se necesitan dos medidas urgentes. La primera es limitar el gasto corriente (tanto el gasto en sueldos como en bienes y servicios) y aumentar el gasto en inversión (infraestructura). La segunda es una reforma tributaria integral que restablezca el equilibrio de las cuentas fiscales.